"No hay sociedades idénticas, no hay países que sean mejores que otros, ni religiones que sirvan para conquistar verdades. Si sólo intentáramos comprender que nuestra vida es tan efímera como un copo de nieve, quizás entonces, después de haber conquistado la belleza, podríamos permanecer serenos hasta la posteridad."


Orhan Pamuk


miércoles, 23 de febrero de 2011

"Libertad de expresión" en turco (Página/12 Argentina)

Foto: Hürriyet. El periodista y dueño del por tal Oda TV. Soner Yalçin en el momento de su detencion.


Léelo en Página/12Argentina pinchanco AQUÍ

Lucas Farioli / Estambul


Mientras se sucedían las olas de protestas que sacuden y siguen sacudiendo el contexto político de Oriente Medio, el Primer Ministro turco Recep Tayip Erdogan se refería el pasado viernes a la “fortaleza de los valores democráticos de la nueva Turquía” haciendo referencia a la “libertad de pensamiento de la que gozan los turcos hoy en día”. Un día antes el Juzgado de Besiktas en Estambul ordenaba la detención de Soner Yalçin dueño del  conocido portal de noticias, Oda TV (altamente crítico hacia el ejecutivo), así como dos de sus editores, Baris Pelhivan, y Baris Terkoglu.
            El episodio ocurre en el contexto de la investigación de la trama “Ergenekon”, de la que se acusa a los periodistas de formar parte activa.
“Ergenekon” se configura como un complot antigubernamental cuyo principal objeto gravita en provocar el colapso del partido en el poder (Partido para la Justicia y el Desarrollo, AKP por sus siglas en turco, de corte islamista moderado). La banda está constituida tanto por miembros de las fuerzas armadas (históricamente ligadas a la custodia de los valores laicos país), así como otros agentes de la vida intelectual y política del país. Sin embargo son muchas las voces críticas que sostienen que los islamistas “estarían aprovechando la resonancia del caso para hacer purga de enemigos políticos, incluyendo a los miembros de varios medios de comunicación que se oponen abiertamente a la gestión del gobierno”.
            En palabras del propio Primer Ministro Erdogan, el impacto de la noticia “se debe al empeño en crear un ‘estado de miedo’ por parte de los partidos de la oposición”.
            “¿Existe algún artículo del que no nos hayamos percatado en nuestra constitución, que legitime la total inmunidad a los miembros de los medios de comunicación?, ¿Es que las responsabilidades de este colectivo ante la ley, el fisco, y demás menesteres distan con las de cualquier ciudadano común?”, cuestionó el Premier durante el encuentro que mantuvo con sus allegados políticos en la sede provincial del partido.
            Según informaba hoy el diario oficialista Zaman, los documentos decomisados a los periodistas detenidos  “hacen referencia a un plan secreto para desacreditar las investigaciones en curso sobre la trama Ergenekon” aunque el fiscal sostiene que los periodistas “podrían también formar parte del complot”. Por su parte según declararon a los medios los abogados defensores, durante los interrogatorios, las pesquisas se han centrado en definir las relaciones entre los periodistas arrestados y los principales líderes opositores”.
            Sin embargo estas detenciones no han pasado desapercibidas para Thomas Hammarberg del Comisionado del Consejo Europeo para los Derechos Humanos, quien se declaró “preocupado porque se detenga a gente por lo que ha escrito”. El diplomático aprovechó para exigir al gobierno turco “que garantice las libertades esenciales de prensa” a escasos días de que el Ministro turco de Comercio Exterior Zafer Çaglayan declarase que “Turquía sigue aspirando firmemente a formar parte de la UE”.
            Por su parte según citaba esta mañana el diario turco Hürriyet, el nuevo embajador de los Estados Unidos en Ankara Francis J. Ricciardone, reaccionó de forma mucho mas contundente calificando las políticas del ejecutivo en materia de libertad de prensa de “hipócritas”. Las declaraciones levantaron la ira del Primer Ministro Erdogan quien se refirió al nuevo embajador como “un novato desconocedor de la realidad política del país”
            Según señalan fuentes de la Plataforma Turca por la Libertad de Prensa citadas por la CNN “existen en Turquía unos 50 periodistas encarcelados y otros 100 aguardando acciones legales en su contra y 2000 casos en las que están directa e indirectamente involucrados periodistas y medios de comunicación”, Algo que ya en el año 2010 levantó ampollas en Bruselas donde la Consejo Europeo para los Derechos Humanos, acusó a Turquía de “no hacer suficiente esfuerzo para garantizar unos mínimos estándares de libertad de expresión”.
            Dogan Tiliç, portavoz de la Plataforma Turca por la Libertad de Prensa fue más allá y apuntó directamente a la “motivación política detrás de los arrestos”.
            “Cuanto más se consolida el poder del AKP en las altas esferas del estado, más intolerante se vuelve”, señaló Tiliç.
            La organización no gubernamental Freedom House calificaba a Turquía “inicuamente libre” en materia de libertad de prensa, desacuerdo a su Índice Anual de Análisis sobre Medios de Comunicación Internacionales. Karin Deutch Karlekar activista de Freedom House advirtió a Página/12 que “el encarcelamiento y persecución de periodistas,  la actitud hostil del gobierno hacia aquellas plataformas críticas y leyes excesivamente taxativas hace que las capacidades para dotar de información confiable y fidedigna por parte de los medios turcos, se vean seriamente mermadas”.
            “El porcentaje de periodistas encarcelados por año es simplemente alarmante” concluyó la activista.
            Mientras los periodistas de Oda TV continúan bajo arresto y prosiguen los interrogatorios, se suceden las reacciones tanto dentro de Turquía como en el contexto global donde varios medios internacionales ya se han hecho eco del asunto.
            Según el Índice de Libertad de Prensa Mundial elaborado por la organización con base en París ‘Reporteros Sin Fronteras’, Turquía ocupe el penoso puesto 138 entre 178 países.  un dato que sin duda invita a la reflexión.