"No hay sociedades idénticas, no hay países que sean mejores que otros, ni religiones que sirvan para conquistar verdades. Si sólo intentáramos comprender que nuestra vida es tan efímera como un copo de nieve, quizás entonces, después de haber conquistado la belleza, podríamos permanecer serenos hasta la posteridad."


Orhan Pamuk


sábado, 22 de enero de 2011

Fracasa la cumbre nuclear (Página/12 Argentina)

Foto: Ámbito.com, El negociador iraní Said Jalilí


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Lucas Farioli / Estambul

Como ya dejaba entrever la inmensa mayoría de los medios turcos, la reunión del P5+1 (cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU + Alemania) e Irán sobre el diferendo nuclear ha resultado en otro fracaso. Así lo ha dejado claro ayer en la rueda de prensa del Palacio de Çigaran, de Estambul, la responsable de la política exterior europea Catherine Ashton: “Hemos venido aquí con propuestas específicas para ayudar a construir lazos de confianza. Hemos tenido una serie de encuentros con los negociadores iraníes incluyendo en una reunión separada a los países miembros del grupo de Viena. Por ello, esperábamos una discusión fluida con sobre esas propuestas”.
La responsable de la política exterior europea se refería de esta manera a la obstinación de Said Jalilí de que “se levanten las sanciones como condición indispensable para que inicie cualquier negociación”. A lo que lady Ashton respondió que “P5+1 no objeta el uso de energía atómica con usos civiles por parte de Irán, pero es esencial que Irán sea capaz de demostrar que su programa nuclear atiende únicamente a fines pacíficos. Cualquier intento de retirar las sanciones, serían un gesto que acompañaría la decisión de Irán de colaborar con la comunidad internacional respecto a su programa nuclear, y no una precondición para negociar acerca de las mismas”.
Por ello Ashton se mostró firme asegurando que las condiciones que especifica la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas “no se han dado hasta el momento como para justificar el levantamiento de las sanciones impuestas contra al República Islámica”.
Desde la delegación europea se manifestó un sentimiento de “profunda decepción”, si bien Ashton señaló que “las propuestas siguen sobre la mesa para cuando Irán quiera sentarse a dialogar”.
Durante la rueda de prensa, la delegación iraní desmintió cualquier intención de sentarse a negociar en conversaciones por separado con EE.UU., como algunos medios han venido especulando. El negociador iraní contraatacó: “No comprendemos por qué no hay también negociaciones sobre los programas de armamento nuclear israelíes”. Asimismo, Jalilí destacó que el pasado fin de semana 130 instalaciones nucleares iraníes fueron inspeccionadas por miembros de la comunidad internacional, lo que a juicio de Irán sugiere que Occidente pretende hacer oídos sordos a cualquier reclamo iraní.
Tanto Ashton como Jalilí agradecieron el rol mediador de Ahmet Davotuglu, titular de la cartera de Exteriores turco, quien al igual que los demás miembros de su Ejecutivo tenían confianza en que se avanzaría durante estas conversaciones. En el aire quedan ahora varios interrogantes, mientras los expertos se preguntan si se trata de otra maniobra para ganar tiempo o si realmente Irán empieza a sentir el desgaste de las sanciones.

Cumbre nuclear turca (Página/12 Argentina)

Foto: Anónima. La representante de esxteriores europea Catherine Ashton


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Lucas Farioli / Estambul

Ankara impulsa con optimismo el plan que acordó con Irán y Brasil para afianzar su liderazgo en la región, pero los analistas no creen que las potencias lo acepten.
Los representantes de la República Islámica de Irán y el grupo del P5+1 (los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad + Alemania) se reunieron ayer en Estambul para discutir el programa nuclear iraní, mientras las opiniones de los expertos internacionales se muestran divididas sobre los resultados de la cumbre. Turquía continúa mostrándose optimista y espera una solución que le reafirme su posición de factor regional determinante. Pero varios medios turcos señalan que, pese a las intenciones del Ejecutivo, la cumbre sólo tendrá un “valor simbólico”.
La delegación persa viene encabezada por Said Jalilí, mientras que al frente de la delegación del P5+1 se encuentra la comisaria europea de Exteriores Catherine Ashton.
Desde el P5+1 se cree que, si bien Irán podría haber intentado ganar tiempo desviando la reunión a Estambul para el 21 de enero (se esperaba una cumbre en Viena a principios de diciembre), lo cierto es que el hecho de que haya sido el propio Irán el precursor de los encuentros indica que el paquete de sanciones aprobado el pasado año por el consejo de seguridad podría estar surtiendo efecto.
Por otro lado, el líder del AKP (Partido para la Justicia y el De-sarrollo, de corte islamista moderado), Recep Tayyip Erdogan, se muestra particularmente optimista en relación a las conversaciones sobre el diferendo nuclear que mantienen Irán y los poderes mundiales. Asimismo, ha trascendido que Ankara espera una versión modificada de la declaración de Teherán que en su día fue apuntalada por Turquía y Brasil, y que el nuevo acuerdo desemboque en la resolución final de la disputa.
“Creemos que ‘La declaración de Teherán’ representa una estupenda oportunidad para construir lazos de confianza entre las partes implicadas”, comentó el ministro de Exteriores turco Ahmet Davutoglu a su colega ruso Sergei Lavrov, quien se mostró de acuerdo con las declaraciones.
Sin embargo, fuentes anónimas citadas por el diario opositor turco Hürriyet señalan que la nueva ronda de negociaciones tiene un carácter simbólico y tildan al Ejecutivo turco de ingenuo. “La solución de la disputa pasa por dotar de más transparencia al programa de enriquecimiento de uranio llevado a cabo por la república Islámica, lo que seguramente va para largo.”
Bruno Tertrais, experto de la Fundación para la Investigación Estratégica (organización basada en París), fue más allá. “Los poderes mundiales no necesitan negociar con Irán ni permitir que Turquía utilice este diferendo para establecerse como un poder regional capaz de mediar en un conflicto tan delicado. Lo que buscan las potencias es establecer mecanismos de presión más eficaces y contundentes”, citó Hürriyet.
La estrategia del ministro de exteriores turco Ahmet Davutoglu de “cero conflictos con los vecinos” ha proporcionado a Turquía una relación más cordial con los países colindantes en medio de un contexto geopolítico particularmente volátil. Asimismo, Turquía cuenta con varios acuerdos de cooperación energética con Irán. A lo largo de la frontera con la república islámica, Turquía sitúa varias fábricas textiles que se nutren de energía nuclear barata iraní. Estas fábricas textiles también comercian con firmas españolas.
Por otro lado, aun siendo miembro de la OTAN, Turquía no quiere verse en problemas con un vecino con capacidad militar y potencialmente nuclear como Irán, señalan varios expertos al diario oficialista Zaman. No es una coincidencia que Turquía siga siendo partidaria de mantener las aproximadamente 90 cabezas nucleares (se trata de misiles montados sobre aviones) que la Alianza Atlántica posee en territorio turco.
En este sentido, diplomáticos turcos ven la creciente tensión entre Irán e Israel, un factor de desestabilización que podría traerle serias consecuencias para el delicado contexto de Medio Oriente, por lo que apuntan a una resolución que consiga disminuir la tensión. Por esta razón los turcos se encuentran a disposición de todas las partes implicadas, aunque lo cierto es que carecen de peso en el diferendo nuclear.
Entre el optimismo del gobierno turco y la falta de expectativa de la oposición, las negociaciones empezaron ayer en el Palacio de Çigaran, sobre la ribera oeste del Bósforo, y continuarán durante el día de hoy.

"Un orden Global más justo" Página/12 Argentina

Foto: Página/12


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Lucas Farioli, Fernando Cibeira / Ankara

En la cena que cerró su paso por Ankara, la Presidenta y su par de Turquía, Abdullah Gul, firmaron cuatro acuerdos comerciales para promover un “relanzamiento de las relaciones” bilaterales.

En el brindis con el que terminó su jornada en Ankara junto a su par turco, Abdullah Gul, la presidenta Cristina Kirchner pidió por “un orden global más justo, más equitativo y más igualitario, porque es la única forma de tener una verdadera paz y seguridad mundial”. Luego de visitas más centradas en lo económico en Kuwait y Qatar, la de Turquía fue la escala de la gira presidencial con más contenido político. Los presidentes hablaron aquí del “relanzamiento de las relaciones” bilaterales. Gul marcó la necesidad de que Argentina y Turquía “sigan cooperando” en los foros internacionales. Firmaron cuatro acuerdos que apuntan a fortalecer el vínculo.

Cristina Kirchner estuvo a la mañana y a la noche en la residencia presidencial con Gul, una especie de quinta de Olivos pero más grande y con mayores medidas de seguridad. Por la mañana cumplieron todas las formalidades de estos casos. Pasaron revista a las tropas, entonaron los himnos, saludaron a las comitivas y rápidamente pasaron al salón de reunión antes de que el frío congelara a alguien. El encuentro duró más de una hora, primero solos y luego con sus gabinetes. Después se presentaron juntos en el coqueto salón de conferencias. Con las banderas turca y argentina de fondo, no aceptaron preguntas y expusieron acerca de lo que habían hablado.

Gul se extendió en el relato de la antigüedad de la relación. En un dato que luego la Presidenta retomaría, recordó que en Argentina se le dice “turco” a cualquier inmigrante que venga de esta parte del mundo. Incluso, como mencionó Cristina Kirchner, cuando la mayoría sea en realidad de origen sirio libanés. Ambos lo consideraron una herencia del Imperio Otomano, pero también una muestra de la larga historia y del afecto entre ambas sociedades. En retribución, Gul comentó que la calle con mayor movida de Ankara se llama “Arjentain”, como se dice Argentina en turco.

Una forma concreta de relacionar dos países es estableciendo una ruta aérea. Algunos empresarios argentinos alabaron durante la gira la “ejecutividad” del emir de Qatar, que ordenó que la muy buena aerolínea Qatar Airways llegara hasta Buenos Aires y su deseo se cumplió en apenas unos meses. Pero eso, claro, porque el emir no tiene que discutir con muchos estamentos sus decisiones. El jeque de Kuwait, quien al menos tiene un Parlamento, anticipó que también están rearmando su aerolínea y que planea hacerla llegar hasta Argentina. Ayer fue el turno de Turquía. El ministro de Planificación, Julio De Vido, firmó un acuerdo con el ministro de Transporte, Binali Yildrim, para analizar la interconexión aérea entre ambos países.

Cristina Kirchner volvió sobre uno de los conceptos que más reiteró durante la gira, el de considerar la crisis financiera no como una desgracia, sino como una oportunidad de cambio para los países emergentes. Recordó que han sido las economías emergentes las que han definido el crecimiento económico de la década. La Presidenta comparó la crisis turca de 2000 con la argentina de 2001. Que luego ambos países consiguieron rehacerse y prácticamente pasaron incólumes la debacle financiera de 2008. Por la noche, de riguroso negro, la Presidenta fue a la cena con su hija, Florencia, y el resto de la comitiva. Lució distendida e hizo chistes. Con Gul, cuando no encontraba sus anteojos para leer, y con la traductora, cuando se dio cuenta de lo rápido que estaba hablando sin darle tiempo de trasladarlo al difícil turco. “Es una mujer sacrificada”, le dijo.

Copa en mano, Cristina señaló que “Turquía y Argentina se confirman como dos economías emergentes”, en una crisis global que supone “una oportunidad para cambiar los modelos económicos tradicionales por un orden global diferente, más justo, más equitativo, más igualitario, para tener una verdadera paz y seguridad mundial”. Reiteró que tanto “Turquía como Argentina, miembros del G-20, cerraron el año fiscal con excelentes resultados en medio de una crisis financiera sin precedentes, lo que indica que se están produciendo cambios en el orden mundial”, lo que esperan también revitalice el intercambio bilateral. En ese sentido, la directora del Departamento General de las Américas turco, Ebru Barutçu, le dijo a Página/12 que la caída de las cifras comerciales entre ambos países “es el resultado natural de la crisis global que ha afectado no sólo el comercio con la Argentina sino en todo el ámbito internacional”. Para Barutçu, “nos encontramos en un momento de clara recuperación del comercio argentino-turco”.