"No hay sociedades idénticas, no hay países que sean mejores que otros, ni religiones que sirvan para conquistar verdades. Si sólo intentáramos comprender que nuestra vida es tan efímera como un copo de nieve, quizás entonces, después de haber conquistado la belleza, podríamos permanecer serenos hasta la posteridad."


Orhan Pamuk


martes, 30 de noviembre de 2010

Organizaciones feministas denuncian casos de femicidio (Webislam ESP)

Foto: Fotomontáje anónimo

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Lucas Farioli / Estambul

A menos de una semana de la conferencia que ofreció la Comisión de Mujeres y Ética del Consejo de Médicos de Familia de Turquía, precisamente para introducir el tema del maltrato al colectivo femenino, han sido varias las voces de las asociaciones de mujeres y pro-igualdad turcas las que se han alzado para reclamar al ejecutivo “un plan de acción urgente” contra lo que denominan crecientes “casos de femicidio por parte de sectores mas patriarcales de la sociedad”.
Desde el consejo se asegura que “las autoridades no alcanzan a abordar el problema de forma realista y eficaz en un país donde se estima que cada día tres mujeres son asesinadas”.
En declaraciones al diario Zaman, Müge Yetener, miembro del consejo señaló que “solo durante los seis primeros meses del año 2009, unas 953 mujeres murieron asesinadas por sus parejas o familiares varones”
“Este año la figura ronda ya las 226 muertes”. Asimismo fuentes de las autoridades sanitarias citadas por el portal turco de información Bianet, señalan en el pasado mes de octubre se contabilizaron “unos 23 asesinatos. Un mes en el que también se registraron 16 ataques con lesiones y 15 violaciones, 7 de ellas a menores.”
Diversas asociaciones pro-igualdad de género señalan que los motivos de los homicidios son tan variopintos como espeluznantes, algunos ejemplos son hechos tan simples como “vestir pantalones blancos, no pasar la sal en la mesa, no preparar la comida, enviar un mensaje de texto por el celular, o preguntar la hora de forma insinuante”. Todos esto sin incluir el ancestral “crimen de honor” en el que un miembro de la familia –generalmente el hermano varón menor- asesina a la mujer por haber perdido ‘supuestamente’ la virginidad antes de contraer matrimonio. Si bien es incuestionable que este drama no personifica al modelo mayoritario de familia turca media, lo cierto es que se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para el ejecutivo.
Pero para Müge Yetener, lo más dramático es el “trasfondo tabloide y sensacionalista” que adquieren determinados medios al informar de estos casos lo que “en vez de invitar a la reflexión hacen que resulte algo entretenido”.
“Los culpables no obtienen condenas acordes a los crímenes cometidos. El asesinato y violación de mujeres ha pasado de ser algo puntual a convenirse en un suceso sistemático amparado por el sistema patriarcal en el que vivimos” concluye Yetener.
Sin embargo hoy muchos se preguntan qué es lo falla en la Turquía moderna, donde la llegada al poder de los islamistas modernistas del AKP (partido para la Justicia y el Desarrollo) no había supuesto hasta ahora un retroceso en esta materia
Melten Agduk, de la Fondo de Población de las Naciones Unidas sostiene que “no se trata de un asunto cultural ya que Turquía ha hecho progresos para anteponerse a tiempo al auge de los crímenes de honor”, sino que más bien el problema lo supone “la falta de concienciación ante la variedad de recursos de los que disponen las autoridades para hacer frente a esta problemática”
Pinar Ilkkaracan, activista de la asociación turca Kadin Insan Haklari (Mujeres por los Derechos Humanos, www.wwhr.org) discrepa con esta afirmación.
“En Turquía existen dos tipos de crímenes contra el colectivo femenino: los crímenes domésticos que se pueden dar en cualquier país, y los crímenes de honor, característicos de Oriente Medio, especialmente en Turquía, Jordania y Líbano”.
“El crimen de honor no está relacionado con el carácter musulmán de la región ya que el Corán desaprueba el asesinato, especialmente por cuestiones de honor. Parte de la presunción de que la mujer y su sexualidad es una propiedad de la familia, el padre o el marido, y esta es una filosofía que ha sido asimilada y tolerada por las autoridades durante décadas”, añade Ilkkaracan.
“Gracias a la presión ejercida por nuestra organización y otras 14 asociaciones hemos logrado que se modifiquen 15 artículos de la legislación. Ahora sobre a los perpetradores de los crímenes de honor en los que quede probado que hay de un complot familiar no se les aplicará reducciones de condena ni beneficios penitenciarios”.
”Las penas son mucho más duras, sin embargo la circunstancia agravante del complot familiar es un concepto difuso que varía del criterio de un juez a otro”.
Aunque los crímenes de honor se dan en toda la geografía turca, es en las regiones kurdas (más pobres) donde realmente existe un problema muy serio respecto a esta cuestión. En este sentido Ilkkaracan se mostró tajante.
“El ejecutivo del AKP se mostró reluctante a la modificación de la legislación por la cuenta que le trae el valor del voto conservador kurdo. Si las autoridades no se muestran entusiastas para atajar el problema del femicidio en Turquía, no es más que por meras razones políticas”.
En los años de la fundación de la república turca, de inspiración jacobina y libertaria francesa, las mujeres jugaron un rol político fundamental a través de la influyente Türk Kadin Birligi (Unión de Mujeres Turcas). Asimismo una de las primeras medidas del ejecutivo del líder fundador, Mustafa Kemal Atatürk, fue la concesión el derecho de voto para la mujer.
Desde entonces Turquía se había destacado como uno de los países pioneros de su entorno en materia de igualdad de género. En esta línea como bien señala el historiador Andrew Mango la auténtica encarnación de la emancipación de la mujer turca la representó en 1920 Latife Ussaki, quien fue primero amante y luego esposa del mismo Atatürk.
Bajo la influencia de las tendencias fuertemente laicistas de Mustafa Kemal, la primera dama ejerció su papel de mujer libre turca a través de acciones tan contundentes como despojarse de su hijab (velo islámico) y urgir a las mujeres turcas a seguir su ejemplo.
A pesar de todo esto existe en Turquía un problema verdaderamente grave en lo que respecta a igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Siendo estos datos históricos meras tentativas de no consiguieron cambiar de la raíz de la mentalidad conservadora de un sector determinante de la población.
“Que no se engañe nadie” añade Ilkkaracan. “Aun queda muchísimo por hacer. Las figuras siguen siendo inaceptables”, concluye de forma categórica.

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