"No hay sociedades idénticas, no hay países que sean mejores que otros, ni religiones que sirvan para conquistar verdades. Si sólo intentáramos comprender que nuestra vida es tan efímera como un copo de nieve, quizás entonces, después de haber conquistado la belleza, podríamos permanecer serenos hasta la posteridad."


Orhan Pamuk


martes, 11 de septiembre de 2012

Turquía redobla la ofensiva para evitar que los kurdos iraquíes se unan a los sirios (LA GACETA INTERNACIONAL)


FOTO: La Gaceta




Lucas Farioli / Estambul

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Fuertes combates entre el Ejército turco y guerrilleros del PKK provocan decenas de muertos en los últimos días. El conflicto suma más 44.000 víctimas desde 1984. 

En los últimos días se registraron fortísimos combates en la provincia suroriental de Sirnak, en la frontera con Irak, donde 10 soldados turcos murieron y siete resultaron heridos de diversa consideración en ataques simultáneos perpetrados por presuntos miembros del Partido de los Trabajadores del Kirdistán (PKK). En los choques una veintena de guerrilleros fueron abatidos por los uniformados. “Todas las instalaciones militares del distrito de Beytüssebap fueron atacadas desde diversos puntos con granadas autopropulsadas (RPG) y fusiles de asalto”, informó el gobernador de Sirnak Vahdettín Özkan. Entretanto, continúan las operaciones en la zona donde se han desplegado numerosos carros de combate y personal militar. Se esperan más choques.
Analistas consultados por LA GACETA destacan que a pesar del número de bajas “a diferencia del año pasado, el Ejército turco finalmente ha conseguido desplegar en la zona nuevos cuerpos de infantería profesionales” (en Turquía la mayoría de los militares terrestres son reclutas y reservistas), algo que se ha visto reflejado también en el campo de batalla. El pasado julio el Ejército lanzó una operación militar a gran escala en la provincia de Hakkari dando muerte a más de 150 guerrilleros. Por ello, los fuertes combates de estos días se interpretan como “una respuesta” a causa de la contundencia de las operaciones militares.
Armas y opio
Considerada como una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y los Estados Unidos, el PKK ha llevado a cabo una sangrienta guerra en el sudeste turco desde 1984 con el objetivo de establecer un estado kurdo independiente. Desde entonces, más de 44.000 personas (guerrilleros, civiles e uniformados) han muerto en un conflicto en el que ambos bandos han protagonizado graves violaciones a los derechos humanos.
Las principales fuentes de financiación de la guerrilla kurda son la extorsión, el tráfico de armas y, sobre todo, el tráfico de opio afgano, cuyas rutas de distribución están bajo su control. Asimismo, el PKK cuenta con el grueso de sus efectivos y sus bases en el Norte de Irak. Esta región montañosa, de fronteras porosas y difícil acceso, es el caldo de cultivo de contrabandistas y mafias con las que el PKK mantiene estrechos vínculos. Desde aquí sus principales líderes, Murat Karayılan, Cemil Bayık y Fehman Hüseyin (por cada una de cuyas cabezas Turquía ofrece 4 millones de liras turcas), dirigen las operaciones y toman decisiones sensibles.
El Norte de Irak es también la zona de influencia que ostentan los líderes del Gobierno Federal Regional del Kurdistan Iraquí, Masoud Barzani y Barzani Nechirvan. Mientras el Gobierno regional y empresas turcas firman importantes acuerdos comerciales energéticos a espaldas de Bagdad, los Peshmerga (Ejército kurdo y garantes del régimen Barzani) mantienen a raya cualquier aspiración de usurpación por parte de cualquier otra milicia, incluyendo el PKK.
El PKK se configura como uno de los grupos armados más poderosos de Oriente Medio y sus áreas de predominio se extienden por varios países: Irán por su parte lidia con la rama kurdo-iraní PJAK y en Siria las milicias del Partido de Unión Democrática (PYD) ya han conseguido controlar prácticamente toda la frontera con Turquía. 

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