"No hay sociedades idénticas, no hay países que sean mejores que otros, ni religiones que sirvan para conquistar verdades. Si sólo intentáramos comprender que nuestra vida es tan efímera como un copo de nieve, quizás entonces, después de haber conquistado la belleza, podríamos permanecer serenos hasta la posteridad."


Orhan Pamuk


viernes, 14 de septiembre de 2012

Campos de refugiados como centros de entrenamiento de insurgentes sirios (LA GACETA INTERNACIONAL ONLINE)

FOTO: La Gaceta / Campo de refugiados de Apaydin



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La Comisión de Derechos Humanos del Parlamento turco denuncia que “hay claros indicios de que el campamento de Apaydin estaría siendo usado con otros fines distintos a los estrictamente humanitarios" 

El campamento de refugiados sirios de Apaydin podría servir como base operacional del Ejercito Sirio Libre (ESL), según han señalado un grupo de integrantes de la delegación de la Comisión de Derechos Humanos del Türk Meclisi (parlamento turco). Los observadores de la comisión, -que visitaron el pasado 6 de septiembre la sureña provincia de Hatay en frontera con Siria- consideran que “hay claros indicios de que el campamento estaría siendo usado con otros fines distintos a los estrictamente humanitarios”. Las declaraciones han incendiado los ánimos de la población local, seriamente afectada por el impacto de la guerra en la economía regional.
“El campamento es físicamente incapaz de servir como base para el entrenamiento militar y simulacros pero ofrece los medios para actuar y entrenar a los milicianos en materia de comunicación, comando y planificación”, aseguró en un comunicado Atilla Kaya, diputado del Partido de Acción Nacionalista (MHP).Por su parte Kerim Özkul diputado del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) negó las acusaciones en una rueda de prensa con los medios locales. Poco después el propio comandante del ESL, Riad Al-Assad, reconoció a la agencia turca Bia-Haber que “en el campo Apaydin se realizan actualmente tareas de planificación, comunicación y control de las operaciones del ESL en Siria”. Algo que el conjunto de los medios turcos venían denunciando de forma periódica.
A la polémica desatada a raíz de este suceso se le añade el hartazgo de la población local. Los analistas consultados por LA GACETA señalaron que un sector significativo de los habitantes de Hatay “se ha cansado de la omnipresencia de ESL a la vez que se muestran más preocupados por el impacto de la guerra en la economía local”. En la misma línea la periodista turca Ayça Söylemez denunció la actitud de los milicianos del ESL (en mayoría suníes) “que discriminan y amenazan a los habitantes alauíes de Hatay, (la confesión del chiísmo que profesa la familia Al Assad).
En un reportaje altamente crítico con las gestiones del ejecutivo Söylemez habló con la abogada y ex-jefe de la rama de Hatay de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), Hatice Can, quien denunció que “ha recibido muchas quejas sobre conducta de los milicianos”.“Hemos recibido quejas de que comen en los restaurantes, y toman taxis y autobuses y no pagan por ellos” señaló la experta. “Los locales, creen que Ankara ha permanecido indiferente a sus problemas. El gobierno ignora el impacto que tiene aquí la agotadora guerra civil siria” concluye.
La guerra civil Siria se ha convertido en un factor de desestabilización regional. En el Líbano, la ciudad de Trípoli ha sido escenario de duros combates entre alauíes (partidarios) y salafistas (detractores de Al Assad). En Hatay la situación no es tan volátil si bien la polémica de Apaydin, el impacto de la guerra sobre el comercio transfronterizo y la llegada de cientos de rebeldes, han hecho que la población local se muestre cada vez más irritada.
 

martes, 11 de septiembre de 2012

Turquía redobla la ofensiva para evitar que los kurdos iraquíes se unan a los sirios (LA GACETA INTERNACIONAL)


FOTO: La Gaceta




Lucas Farioli / Estambul

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Fuertes combates entre el Ejército turco y guerrilleros del PKK provocan decenas de muertos en los últimos días. El conflicto suma más 44.000 víctimas desde 1984. 

En los últimos días se registraron fortísimos combates en la provincia suroriental de Sirnak, en la frontera con Irak, donde 10 soldados turcos murieron y siete resultaron heridos de diversa consideración en ataques simultáneos perpetrados por presuntos miembros del Partido de los Trabajadores del Kirdistán (PKK). En los choques una veintena de guerrilleros fueron abatidos por los uniformados. “Todas las instalaciones militares del distrito de Beytüssebap fueron atacadas desde diversos puntos con granadas autopropulsadas (RPG) y fusiles de asalto”, informó el gobernador de Sirnak Vahdettín Özkan. Entretanto, continúan las operaciones en la zona donde se han desplegado numerosos carros de combate y personal militar. Se esperan más choques.
Analistas consultados por LA GACETA destacan que a pesar del número de bajas “a diferencia del año pasado, el Ejército turco finalmente ha conseguido desplegar en la zona nuevos cuerpos de infantería profesionales” (en Turquía la mayoría de los militares terrestres son reclutas y reservistas), algo que se ha visto reflejado también en el campo de batalla. El pasado julio el Ejército lanzó una operación militar a gran escala en la provincia de Hakkari dando muerte a más de 150 guerrilleros. Por ello, los fuertes combates de estos días se interpretan como “una respuesta” a causa de la contundencia de las operaciones militares.
Armas y opio
Considerada como una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y los Estados Unidos, el PKK ha llevado a cabo una sangrienta guerra en el sudeste turco desde 1984 con el objetivo de establecer un estado kurdo independiente. Desde entonces, más de 44.000 personas (guerrilleros, civiles e uniformados) han muerto en un conflicto en el que ambos bandos han protagonizado graves violaciones a los derechos humanos.
Las principales fuentes de financiación de la guerrilla kurda son la extorsión, el tráfico de armas y, sobre todo, el tráfico de opio afgano, cuyas rutas de distribución están bajo su control. Asimismo, el PKK cuenta con el grueso de sus efectivos y sus bases en el Norte de Irak. Esta región montañosa, de fronteras porosas y difícil acceso, es el caldo de cultivo de contrabandistas y mafias con las que el PKK mantiene estrechos vínculos. Desde aquí sus principales líderes, Murat Karayılan, Cemil Bayık y Fehman Hüseyin (por cada una de cuyas cabezas Turquía ofrece 4 millones de liras turcas), dirigen las operaciones y toman decisiones sensibles.
El Norte de Irak es también la zona de influencia que ostentan los líderes del Gobierno Federal Regional del Kurdistan Iraquí, Masoud Barzani y Barzani Nechirvan. Mientras el Gobierno regional y empresas turcas firman importantes acuerdos comerciales energéticos a espaldas de Bagdad, los Peshmerga (Ejército kurdo y garantes del régimen Barzani) mantienen a raya cualquier aspiración de usurpación por parte de cualquier otra milicia, incluyendo el PKK.
El PKK se configura como uno de los grupos armados más poderosos de Oriente Medio y sus áreas de predominio se extienden por varios países: Irán por su parte lidia con la rama kurdo-iraní PJAK y en Siria las milicias del Partido de Unión Democrática (PYD) ya han conseguido controlar prácticamente toda la frontera con Turquía. 

sábado, 1 de septiembre de 2012

¿Cuánto es 4+4+4? (La Gaceta Internacional)

Foto: La Gaceta/AFP

Lucas Farioli/ Estambul


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¿Cuánto es 4+4+4? En Turquía no es otra cosa que la ley de los 12 años de educación “obligatoria” que entrará en vigor este mismo ciclo escolar. Una medida concebida por el Ejecutivo del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) y que, denuncia la oposición, “apunta a islamizar, aún más, las bases de la educación obligatoria”. La medida se justifica bajo el aumento de una necesaria carga lectiva y de horas de clase. Y es que, según la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), “el 40% de los jóvenes turcos de menos de 15 años no alcanza las competencias básicas en alfabetización y matemáticas”.
 Para Kader Sevinç, politóloga turca basada en Bruselas y miembro del Partido Republicano Popular (CHP, principal partido de la oposición, de tendencia laicista), “el verdadero propósito de la ley es el adoctrinamiento político y religioso”. Según Sevinç, “la nueva ley requiere que los niños de 9 a 11 años tengan que elegir entre la vía académica y la enseñanza vocacional, optando de esta manera a una imam hatip” (madraza o escuela coránica).
 Tanto la oposición republicana como prácticamente la totalidad de las organizaciones y asociaciones proderechos de la mujer de Turquía han denunciado que la reforma “facilitará el trabajo infantil, así como el casamiento forzoso de niñas menores de edad”, esto último muy extendido en las regiones más pobres en el Sudeste del país.
 Sin embargo, el paquete de reformas no se limitará a la educación preuniversitaria. En un incendiario reportaje de la periodista turca Tugba Tekerek, el director del Consejo Superior de Educación (YOK), Gökhan Çetinsaya, reconoció que “se está considerando la eliminación de las clases que enseñan los principios del kemalismo de los estudios universitarios”. Los principios del kemalismo engloban las ideas laicistas, occidentales y modernizadoras de Mustafá Kemal Atatürk, padre y fundador de Turquía en 1923.
 “Para entender el sueño de Atatürk no necesitamos que vengan a explicárnoslo en la escuela. Allí sólo repetimos clichés”, señala Ayse Akpinar, de 25 años, profesora en la Universidad de Dogus y estudiante de Máster en Estudios Políticos Europeos en la Universidad de Estambul. “Kemal Atatürk es para nosotros mucho más que eso, lo realmente terrible es el 4+4+4 y la islamización de la educación. Eso sí que jamás lo hubiera consentido Atatürk”.