Clases para mejorar el matrimonio (LA GACETA ONLINE)

Foto: La Gaceta / Erdgan y su esposa Emine en un evento de su partido

Lucas Farioli / Estambul

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Los cursos, apadrinados por la esposa de Erdogan, pretenden “fomentar la actitud de respeto mutuo, los valores familiares y la fidelidad” para prevenir el divorcio.

Turquía es un país generoso donde los haya. En especial cuando se trata de iniciativas osadas y a veces un tanto bizarras. La última gran idea de las esferas del alto gobierno viene esta vez de la mano de Emine Erdogan, esposa del Primer Ministro turco Recep Tayyip Erdogan. Se trata de un curso de “buenas costumbres, amor y convivencia” dirigido a aquellos jóvenes que tienen pensado casarse en los próximos meses. Lisa y llanamente se trata de un curso para futuros matrimonios.
En el Centro de Congresos de Haliç (cuerno de oro estambulí) la Primera Dama, siempre envuelta en su velo de seda, no escatimó en detalles mientras explicaba los detalles de su propuesta que se llamará: Programa de Educación Pre-matrimonial. La iniciativa pretende así educar a los jóvenes para que experimenten en el matrimonio la “plenitud, y la felicidad” que la propia Emine asegura haber alcanzado en sus años de vida compartida con el premier.
Los capítulos más importantes del programa se centrarán en trabajar actitudes para “fomentar la actitud de respeto mutuo, los valores familiares y la fidelidad” pero sobre todo estarán enfocadas en “prevenir el divorcio”. Asimismo el espinoso asunto de la violencia de género, un drama a que afecta con especial virulencia a la Turquía más rural, también será uno de los temas centrales que se abordarán a lo largo del curso.
En un principio el curso no es de carácter obligatorio para aquellas parejas que hayan decidido consagrarse en matrimonio. Se trata de una iniciativa en el que las parejas participarán de forma voluntaria y donde en realidad se entenderán los argumentos del programa como meras recomendaciones no vinculantes. Sin embargo la idea ya ha despertado las críticas de las asociaciones pro-derechos de la mujer que la consideran “otra interferencia más en la vida privada de las mujeres jóvenes turcas”.
Activistas feministas consultadas por LA GACETA temen que se trate de un programa de adoctrinamiento que conlleve una irremediable carga moral y religiosa donde se reforzarán tabúes relacionados con temáticas como la libertad sexual, el aborto, los roles genéricos, etc. Así pues muchas son las organizaciones feministas que denuncian que estos cursos “seguirán sin prestar la mas mínima atención a la cuestión del crimen de honor”, una práctica muy extendida en la zona Este del país euroasiático.

En la ciudad turca de Konya, una de las más conservadoras del país, estos cursos no son nada nuevo sino que en realidad ya llevan mucho tiempo siendo una rutina anecdótica para disgusto de las asociaciones feministas turcas. La polémica está servida.