"No hay sociedades idénticas, no hay países que sean mejores que otros, ni religiones que sirvan para conquistar verdades. Si sólo intentáramos comprender que nuestra vida es tan efímera como un copo de nieve, quizás entonces, después de haber conquistado la belleza, podríamos permanecer serenos hasta la posteridad."


Orhan Pamuk


martes, 28 de junio de 2011

Tensa calma en la frontera turca (Intereconomía)

Foto: Lucas Farioli /Niño en el Campo de Version: YAYLADAGAY


Léelo en la Gaceta pinchando AQUÍ



  • LA GACETA se adentra en la frontera turca para hablar con los refugiados sirios. “No volveré hasta que Asad caiga”, comenta un joven.

  • Lucas Farioli. Enviado especial a Güveççi (frontera Siria-Turquía)
    “Volveré cuando la dictadura de Bashar el Asad se derrumbe”. Tras el estallido de la revolución en Siria, el caos se apoderó del país y algunos ciudadanos vieron como única salida cruzar la frontera para escapar de la violencia. Según informó ayer la Media Luna Roja turca (agencia de cooperación turca), ya son 11.400 refugiados, cifra que podría ir aumentando a lo largo de estos días.
    “Disparan a matar y lo hacen porque están desesperados; el régimen se tambalea”, explica Murat, un joven de 22 años que ha preferido quedarse en Güveççi, pueblo turco situado en la frontera, en vez de ir a los campos donde están sus padres, para “ayudar a los periodistas” a conocer lo que está ocurriendo en su país. “No tenemos ningún contacto con el otro lado, no hay cobertura, ni Internet. No sé nada de nadie”, señala.
    Sin embargo, la presencia de periodistas en este punto también empieza a incomodar al Ejecutivo turco. Para evitar incidentes con las tropas sirias que vigilan la zona desde el otro lado, los soldados turcos se muestran inflexibles. “Aquí no se puede estar, váyase de inmediato y apague esa cámara”, espetan a cualquier periodista que se acerque. Como Murat, Turan también ha conseguido esquivar a las fuerzas de seguridad sirias para cruzar la frontera y contar a la prensa verdaderas historias de terror. “Mataron a nuestro ganado, prendieron fuego a la granja y a las mujeres les hicieron cortes en las mamas con machetes”, comenta. Turan, de 33 años, tampoco piensa regresar hasta que Bashar se marche.
    Aunque es al otro lado de la frontera donde se desata la tensión y donde las tropas sirias mantienen su vigilancia constante para evitar más fugas, Selçuk Ünal, portavoz del Ministerio turco de Exteriores, comenta a este diario que “la situación se acabará normalizando en nuestro país vecino”. Con aparente calma, el portavoz indica que la presencia de tropas sirias en la frontera no es una amenaza, pero evita hablar de la avalancha de refugiados. Por su parte, la Media Luna Roja señala que aún hay capacidad para 250.000 refugiados más. Ünal sí comenta que han tenido que regular la presencia de medios porque algunos tienen miedo a volver por las posibles represalias. Aun así, los campos están protegidos las 24 horas por soldados y las alambradas están recubiertas de lonas, por lo que es casi imposible acercarse a la zona.
    Según el corresponsal de TGRT Haber TV, Mevlüt Yüksel, el estallido de violencia ha sobrepasado tanto los límites que “son los propios soldados sirios los que estarían abandonando las filas para ingresar en Turquía”. Hasta 16 militares habrían desertado, dos de ellos oficiales de alto rango, que tras la masacre de Jisr Ash-Shughur habrían decidido deponer las armas y unirse al flujo de civiles que escapan del baño de sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario